En un doctorado, los estudiantes demuestran su capacidad para hacer una investigación original. Idealmente, esta investigación debería conducir a la publicación de un artículo o un libro. El valor formativo de un Doctorado no puede sobreestimarse: adquirir y practicar habilidades de pensamiento creativo y original, resolución de problemas, lectura crítica, análisis y síntesis. El tema del título debe contribuir a nuestra comprensión de la civilización romana y su contribución a la civilización occidental (teoría política, filosofía, religión, literatura, teatro, cine, religión, arquitectura, etc.).

Los titulados poseen un sólido conocimiento de las tendencias actuales en este campo y son capaces de adoptar un enfoque creativo del material original pertinente. Los titulados están preparados para trabajar con documentos latinos originales, es decir, manuscritos literarios y diplomáticos, incunables, paleotipos y grabados antiguos, pudiendo interpretarlos y prepararlos para su publicación y traducción. Gracias a su formación en filología e historia literaria y a la adquisición de las bases de las disciplinas históricas pertinentes (codicología, paleografía, diplomática) y de la historia cultural, los licenciados están preparados para situar las obras medievales y de principios de la Edad Moderna en el contexto de su época y también para interpretarlas como un factor que influye en la cultura y la sociedad de épocas posteriores.